La masía situada en el número 50 de la avenida de Vila-real, es un edificio de planta cuadrada y dos plantas. Los cuatro lados del edificio se dividen en tres partes cada uno, que se evidencian en los jarrones sobre machones de la balaustrada superior. De este simétrico cuerpo central, destaca sobre todo la torre lucernario de su centro, que se sitúa justo sobre la escalera. Es especialmente notable el cuerpo acristalado de la parte delantera, que une dos terrazas, una inferior y otra superior, con dos pilares de pedestales cerámicos cubiertos con células de madera con bonito despiece de cristales transparentes y vidrios de color verde y rojo. El tejado es ligero, a cuatro aguas y con pináculo en el centro.
Un arrimadero corrido de azulejos reviste toda el cuerpo inferior del edificio, enmarcando , a la vez, todas las ventanas, el vano de la puerta principal y las cuatro caras de la torre luernario que preside el edificio. Los azulejos presentan un diseño de damero con inclusión de estilizados motivos diferentes en cada uno de los cuadrados del mismo, y alternos en forma y color, que combinan a modo de red ortogonal.
El arrimadero interior corresponde a un modelo neorrenacentista con predominio absoluto del color azul. El jardineras del jardín, a pie de suelo, presentan un zócalo corrido con azulejos de diseños reorrenacentistas en azul.
Es de destacar que en el mirador del primer piso existe un pavimento de mosaico Nolla formado por teselas monocromáticas de 4×4 cm.