LA TRADICIÓN
Durante el siglo XVIII, la influencia combinada de la Fábrica de Loza del Conde de Aranda (en L’Alcora) y las producciones de las fábricas de azulejos de Valencia propiciaron que, en el siglo XIX, la industria azulejera arraigara en Onda y se extendiera, paulatinamente, primero a Castellón y después a L’Alcora. Los azulejos barrocos y neoclásicos que ornan capillas y estancias nobles van evolucionando, técnica y estéticamente, y ocupando también las viviendas más humildes.
En el último tercio del siglo XIX, la revalorización de los azulejos en la arquitectura, el desarrollo urbano de las grandes ciudades, la utilidad higiénica de los azulejos y el proceso general de industrialización del país, motivaron una gran demanda de producción e iniciaron el verdadero desarrollo de la industria azulejera en nuestra provincia dentro del panorama español.
El Movimiento Modernista fue, en gran medida, el causante del auge de las fábricas de azulejos en el primer tercio del siglo XX. Tanto fue así que, a finales de la década de los años 20, la producción valenciana de azulejos, con la provincia de Castellón en primer lugar, se destaca con-siderablemente del resto de España. Los azulejos, producto higiénico, vistoso y económico, reviste las casas en sus interiores (zaguanes, cocinas y baños) y exteriores (fachadas, terrazas, jardines y elementos decorativos) como nunca antes se había hecho.
Te invitamos a través de esta ruta a conocer los verdaderos tesoros que la ciudad de Castelló muestra en sus inmuebles y calles.