HACÍA LA MODERNIDAD
Finalizada la Guerra Civil se asiste a un proceso lento de recuperación de la industria cerámica en todos los sentidos. La década de 1950, época de crecimiento de la industria azulejera en general, la producción, con temas decorativos aplicados mecánicamente se tornan repetitivos, uniformes y monótonos. La azulejería es relega a las zonas interiores, sin presencia pública.
Es en la década de 1960 cuando se inicia el camino hacia la modernidad de la mano de la primera reconversión del sistema productivo. La industria, focalizada en Onda, L’Alcora, Castelló y Ribesalbes, se expande y consolida en otras poblaciones cercanas como Vila-real, Almassora, Betxí, Lucena, Nules, entre otras.
Fruto de esta reconversión, la producción alcanza niveles sin precedentes y se inicia la diversificación del producto. La irrupción de la serigrafía como sistema sustitutivo de las tradicionales trepas, romperá de forma drástica con todo el repertorio formal anterior, pero, al mismo tiempo, propicia la evolución hacía los diseños industriales más novedosos.
El gran mural alegórico a la Cerámica y el Trabajo (Albert Guallart Ramos, 1963) es toda una muestra de modernidad decorativa con azulejos.
Los murales se convierten en elementos artísticos de valor que destacan frente a la producción industrial y, en esta ruta encontrarás los más destacados de la ciudad de Castelló.